jueves, julio 31, 2008 - Etiquetas: eXpresion, Libros - 0 Comments
Paroxismo séptimo
La suerte del Banquero
Lo persiguieron armados de dedales, lo persiguieron armados de precaución, lo persiguieron con tenedores y esperanzas, amenazaron su vida con una acción del ferrocarril, lo atrajeron con sonrisas y jabón.
Y el Banquero, demostrando una valentía tan nueva, que fue para todos materia de comentario, se adelantó insensatamente y se perdió de vista en el ardor de su celo por descubrir al Snark.
Pero, en tanto lo perseguía armado de dedales y de precaución, de pronto un Bandersnatch surgió como un relámpago y atrapó al Banquero, que lanzó un aullido de desesperación porque sabia que era inútil huir.
Ofreció un fuerte rescate, ofreció un cheque (pagadero "al portador") de siete libras diez, pero el Bandersnatch, con sólo estirar el cuello, asió más fuertemente con sus garras al Banquero.
Sin tregua, en tanto que las furmiantes mandíbulas lanzaban salvajes mordiscos a su alrededor, el hombre saltó, forcejeó, luchó, se debatió, hasta que cayó extenuado al suelo. El Bandersnatch huyó cuando aparecieron los demás, guiados por el alarido desgarrador del Banquero. El Hombre de la Campana dijo:
-¡Es lo que me temía!
Y, solemnemente, hizo sonar su campana.
A duras penas pudieron, en ese hombre de rostro ennegrecido, encontrar uno solo de sus rasgos de antes. Bajo el efecto del miedo, además, su chaleco -fenómeno increíble- ¡se había vuelto blanco!
Ante el espanto de los que se hallaban presentes, se levantó vestido de gala y, por medio de señas insensatas, trató de decir lo que su lengua ya no podía expresar. Se desplomó en una silla, hundió los dedos en sus cabellos, y cantó con melodía frivolente , palabras cuya total inanidad demostraba su insanía, mientras hacía sonar dos castañuelas de hueso,
-¡Se hace tarde: abandonémosle a su suerte! -exclamó, presa del pánico, el Hombre de la Campana-. Hemos perdido la mitad del día; si perdemos tiempo ahora, ¡no atraparemos al Snark antes que sea de noche!
Nota: En esta busqueda tan importante el desesperar no lleva a nada bueno, el resultado no se compra se escucha o se miente, simplemente caes y despues de caer tal vez no seas el mismo pero te levantas solo a seguir buscando.
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