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Texto de Hipolitta (completito) La Era Amazonica

miércoles, febrero 13, 2008 - - 0 Comments




Hace unos años, la genetista australiana Jenny Graves, presentó pruebas contundentes acerca de la pérdida de la mayor parte del cromosoma "Y" humano.
De los 1438 genes con los que empezó el ser humano hace 300 millones de años, el cromosoma Y –que determina el sexo masculino– perdió en el curso de la evolución 1393.

Sin ese cromosoma, la humanidad peligraría, pero Jenny Graves, no lo ve así, ya que se supone que el destartalado "Y", se apañará para sobrevivir y servir a la procreación.
Poco después, otro genetista, el Dr. Bryan Sykes, de Oxford, en su libro “La maldición de Adán”, recordaba que nuestros poderosos cazadores de mamuts, sólo son mujeres modificadas, (pobres, que golpe a su engreimiento...)
Lo tremendo es que este especialista volvía a cargar las tintas en el debilucho cromosoma “Y”, tan averiado molecularmente, que ha hecho una ruina genética de ellos, condenándolos a desaparecer. Sniff, Sniff…
El cromosoma Y está a la miseria, porque a diferencia de los X, que se emparejan e intercambian genes para minimizar las mutaciones perjudiciales, los Y que no tiene pareja, no puede reparar los daños infligidos por las mutaciones que se siguen acumulando.
Actualmente el 7% de los varones, son estériles (cifra que va en aumento) y el 1 ó 2% lo es a causa de las mutaciones del cromosoma en cuestión.
A diferencia de la australiana, el genetista inglés, tiene una visión apocalíptica: “ desaparecerán”, lo mismo que los dinosaurios.
Y hasta le pone fecha: en unos 125.000 años, los varones habrán desaparecido del planeta.
Qué ocurrirá con nosotras? Tenemos mejores perspectivas. Porque en ese tiempo, la ciencia ya habrá posibilitado que el óvulo reciba el aporte genético de otro óvulo. Entonces, vamos hacia una sociedad como la de las amazonas: pura mujer. (Dios me libre y guarde de imaginar siquiera semejante situación)
Ahora viene el antropólogo Desmond Morris a decirnos (cosas que las mujeres sabemos desde siempre), que nuestro cuerpo ha avanzado mucho más que el de ellos, que se mantiene mucho más cercano a sus características primitivas.

El hombre sigue siendo más desechable. Por eso, cuando nos movíamos en tribus de pocos miembros, eran los hombres los que iban de caza, porque si morían, bueno, no era tan grave como si moría una mujer: de ella dependía que el grupo no se extinguiese. Es verdad: los hombres son más fuertes, pero el cuerpo femenino es más resistente a las enfermedades y tiene mejor olfato, oído y hasta vista. Una de las consecuencias de que hombres y mujeres no hayan seguido la tendencia evolutiva de la misma forma es que los hombres son ligeramente más infantiles en su comportamiento.

En una palabra, nuestros compañeros, son una calamidad que va para peor.

En unos años, nuestros fortachones de cartón, estarán extintos.
A mí me da lástima por mis nietas, porque aunque ellos son como son, las chicas del futuro se van a perder esos ratos en que los “cazadores”, se vuelven deliciosos, y lo divertido de criticarlos mientras se toma café con las amigas.


This entry was posted on miércoles, febrero 13, 2008 and is filed under eXpresion , Interes . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

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