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MEXICO CITY, 10 de julio - Después de décadas de miedo y silencio, un arquitecto ha presentado informacion de al menos tres cuerpos que pueden pertenecer a estudiantes asesinados en la masacre de 1968 que están enterrados bajo un hospital cerca del sitio del evento historico.

La arquitecto, Rosa María Alvarado Martínez, dijo el pasado lunes que se vio obligada a guardar silencio sobre el descubrimiento después de que aparecieron algunos hombres frente a ella identificandose a sí mismos como agentes de la policía que la amenazaron con secuestrar y matar a su hijo si ella publicaba esta informacion.

Los tres cuerpos fueron descubiertos en 1981 mientras la Sra. Alvarado y una grupo de trabajo fueron a una remodelación de un hospital en la Cd. de Mexico que había sido una escuela de formación profesional (vocacional) donde los estudiantes radicales se enfrentaron con la policía federal y soldados.

Las autoridades federales y la oficina del presidente no respondieron inmediatamente a la Sra. Alvarado, quien pide una investigación oficial por parte de derechos humanos y las familias de los estudiantes que desaparecieron.

Los trabajadores estaban cavando un pequeño jardín para ampliar la cafetería del hospital cuando se descubrió una capa de cemento. Después de romper el cemento, se descubrió una tumba con al menos tres cráneos, una maraña de otros grandes huesos humanos y al menos un resto de un fusil militar, dijo.

Los agentes de policía vestidos de civil, que nunca mostraron ninguna identificación, llegaron al hospital y se entrevistaron con los responsables de la renovación en habitaciones separadas. La Sra. Alvarado dijo que cuatro oficiales pasaron varias horas intentando convencerla de que "no había ninguna razón para presentar una queja porque estos órganos no eran importantes".

En el transcurso del dia el ingeniero a cargo del trabajo y el director del hospital, trataron de convencerla de seguir las indicaciones de los supuestos policias. Dice que los agentes se refirieron a ella con el siguiente argumento: "No seas tonta y pon los restos de vuelta." Finalmente a las 4 pm, uno de los oficiales dijo que su hijo de 3 años de edad sería asesinado a menos que aceptara.

"Él dijo, 'Si no lo hace, nosotros lo haremos desaparecer a su hijo,'  " dijo la Sra Alvarado, 52. "  'Es muy fácil para ellos desaparecer a alguien'".

El hospital está próximo a la Plaza de Tlatelolco, donde en octubre de 1968 los militares y agentes federales abrieron fuego contra los estudiantes en una manifestación a favor de la democracia. El número de muertos ha sido siempre objeto de controversia, con los informes oficiales diciendo sólo 25 personas murieron, mientras que los defensores de derechos humanos han dicho hay ceca de 350 víctimas.

Un fiscal especial nombrado en virtud de la anterior administración para investigar la masacre y otros abusos durante la represión de izquierdistas conocida como "la guerra sucia" dice que los órganos deben ser exhumados e identificados. El fiscal, Ignacio Carrillo Prieto, dijo en una entrevista el martes que los estudiantes radicales estaban celbrabdo en la escuela de formación profesional (vocacional) hasta que fueron expulsados durante el ataque. Al menos en una ocasión, alguien ataco el edificio con fuego de ametralladora en los días antes de los asesinatos, dijo.

"Se trata de enterramientos clandestinos", dijo.

El Presidente Felipe Calderón retiro al  Sr. Carrillo Prieto de la oficina a principios de este año y las investigaciones que había iniciado se cerraron a pesar de sus protestas. "No podemos seguir cerrando estas investigaciones si no hay razones para ello", dijo.

El lunes, la Sra. Alvarado presentó una queja formal a la Procuraduría Federal General de la Nación, que también supervisa la fuerza policial que participo en la investigación.

Un portavoz de la oficina, Viviana Macías, se negó a hacer comentarios sobre las alegaciones o acerca de si el gobierno investigaría.

La Sra. Alvarado dijo que sus trabajadores sólo habían abierto a una profundidad de tres pies de ancho el agujero en la capa de cemento cuando se descubrieron los tres cuerpos. Ella dice que es muy posible que existan mas cuerpos en ese jardin.

Explicó que se presento a declarar ya que su hijo, ya crecido, se había trasladado a otro país. "Me pesaba en la conciencia", dijo. "Me temo que todavía me sigue pesando".


Fuente: The New York Times

http://www.nytimes.com/2007/07/11/world/americas/11students.html?_r=2&oref=slogin&oref=slogin