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Tom Hardy es ahora, de esos pocos actores que pueden presumir de haber hecho algo en cine experimental que funcionó, grabada en 2 semanas, escrita y dirigida por Steven Knight (Negocios ocultos, Redención, etc.), la cinta que nos ocupa es Locke (2013) un thriller de excelente calidad que evoca la importancia de un buen guión por encima de la atractiva ilusión digital. En una época en la que la virtualización consume buena parte de nuestra estética y experiencias, resulta refrescante encontrar una propuesta simple en su presentación pero consistente en su esqueleto. 

 Iván Locke es un ingeniero de la construcción con una vida laboral y familiar aparentemente tranquila hasta que se enfrenta a una decisión que puede alterar el flujo cómodo y regular al que está acostumbrado. En medio del desarrollo de un viaje en automovil tiene que enfrentar su pasado, su presente y su futuro, combatir sus miedos y a sí mismo con la única finalidad de sentirse tranquilo. "Todos hacemos eso de manera cotidiana" dirían algunos, y efectivamente, la belleza particular en la historia de Locke es que retrata la cotidianeidad de un personaje que bajo un palpar superficial resulta ser bastante regular, sin embargo, a través del desarrollo iremos conociendo la otra parte, la que lo convierte en un ser extraordinario ante sus propios ojos y tal vez ante la mirada de una sociedad que se dirime entre hacer lo correcto y hacer lo que dicta la norma (que no son sinónimos bajo ningún criterio). 

 No hay tiempos muertos en los 90 minutos de duración, gracias a la actuación de Hardy que se involucra con el espectador en tanto que encarna preguntas, temores y valores que son claros y familiares. Emocionalmente impactante en puntos cruciales, esta historia nos recuerda que toda decisión que tomamos, por insignificante que parezca, implica asumir una responsabilidad... y que no todos somos capaces de sincerarnos y vencernos para hacerlo. 

 Una amplísima recomendación basada únicamente en una buena historia, ya que, cabe mencionarlo, el trabajo de cámara (que es adecuado a la propuesta) se adapta a 90 minutos mayoritariamente desarrollados al interno de un BMW, lo anterior, no demerita la obra en ningún sentido.