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El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías son también algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.

Love Exposure de Sion Sono, ridículamente desconocida para la cantidad y calidad de imágenes que ofrece, vamos que un filme que tiene su debut en 2008 recibiendo premios varios y abarrotando las salas de proyección y que recientemente ve liberada su primer edición DVD para Estados Unidos (2011) suena a bastante desconocido u oculto, y bueno, si hay una forma de introducir esta obra es necesariamente hablando de un tutti frutti emocional con duración de 4 horas, a las que no les sobra ni un solo minuto.

Por lo anterior no pretendo reseñar una cinta que dura cuatro horas, además que la historia es tan compleja y variada en sus giros que no podría hacerlo de manera exitosa, así que únicamente haré un comentario en el que manifiesto mi experiencia como espectador.  Imagine usted lector una historia donde el fanatismo religioso, las sectas, el hentai japonés (entendido en el uso de “pervertido” como calificativo), montones de fotos upskirt, la lealtad, el amor, diversos trastornos mentales, manipulación y el sentido del humor conviven. Sume a lo anterior un excelente soundtrack, sobresalientes actuaciones (sobre todo divertidas), escenas tanto bizarras como chuscas, violentas, sanguinarias, emotivas y divertidas,  entrelazados todos estos elementos en una narrativa continua de giros sorpresivos y absolutamente necesarios para desarrollar a todos los personajes, y lo que tiene como resultado es Love Exposure.

Sion Sono se pulió sobremanera en este filme, habiéndonos agradado antes con una serie de historias en la gran pantalla entre las cuales sobresalen “Suicide club” y “Noriko’s  dinner table” de las que llegue a considerar la segunda su mejor obra hasta que tuve la oportunidad de encontrarme con Love Exposure, rescato además una escena en particular, posiblemente el clímax de la historia, donde Yoko (Hikari Mitsushima te amo n_n) recita Corintios 1:13 con una pasión tal, que estuve a punto de abrazar la pantalla.

Como cierre a este comentario les digo únicamente que el hilo central del argumento es el amor juvenil, un milagro perseguido y encontrado en una forma apasionada y torcida, línea a la que siguen de manera paralela una familia desintegrada, una promesa a una madre finada, fanatismo religioso, doble moral, una niñez marcada por el abuso, un maestro de la perversión, una villana épica, un grupo de amigos leales, secuestros, lesbianismo y (debo recalcar este punto) variadas referencias sexuales no explicitas.

No se tome esto como una recomendación, mucho menos si hay una marcada susceptibilidad a los temas anteriores, sin embargo me atrevo a decir, que toda persona con afinidad al cine y con cuatro horas libres en su historia, debería verla, ya sea que la ames o la odies, no puedes quedar indiferente a ella.