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Saya-sensei, la tecnología y el horror.

Esta es Saya-sensei, una "maestra sustituta sintetica" que se desarrollo originalmente por Hiroshi Kobayashi en la Tokyo University of Science en el año 2004 como un robot recepcionista, entiendase que en Japón las oportunidades de crecimiento profesional son validas incluso para los robots. Puede hablar varios idiomas y generar distintas expresiones faciales para enfatizar estados anímicos en el proceso de comunicación, sus capacidades como docente serían objeto de critica en tanto su control de grupo es bastante limitado, solo puede estar sentada gritando los nombres de sus alumnos y ordenandoles guardar silencio... mmm... alto, conozco a varios docentes humanos que actuan igual... en fin que Saya-sensei es sin duda atractiva para todos los niños en edad escolar de Japón que quieran abusar un poco de la autoridad en forma virtual. La pregunta no es ¿hasta dónde vamos a llegar? sino ¿cuándo vamos a llegar?, la tecnología cada vez nos sorprende más. 

Outfit plegable, la forma práctica de vestir.

Seguro más de uno o una ha pensado en la imposibilidad de ir a una reunión informal en la alberca con tus amigos y estar 20 minutos después en una cena de gala luciendo espectacular. Pues para todos ustedes el diseñador de moda japones Issey Miyake ha creado 10 modelos de ropa plegable basado en modelaje 3D, para que puedas salir corriendo de la fiesta con amigos y vestirte  mientras conduces camino a tu reunión de gala sin tener que cargar con maleta alguna.Honestamente no imagino el precio  en el que deben oscilar, pero seguro por practicos no son más baratos. 

Aires de renovación política y las habichuelas mágicas.

Rodrigo Borja, en su “Enciclopedia de la Política”, asienta que los partidos se han convertido en los sujetos principales de la acción política de la sociedad, una vez que se ha desplazado el centro de gravedad política de los individuos a los grupos organizados (también llamados negocios familiares donde los lazos sanguineos y compadrazgos determinan la descendencia de una clase política). Los partidos, dice Borja, “están llamados a desempeñar el papel de custodios de la estabilidad política y del respeto a las normas democráticas que deben regir la convivencia social”. Más adelante agrega que un partido político debe reunir tres elementos fundamentales: una ideología política, un plan de gobierno y una organización permanente establecida a escala nacional. Sin embargo, todos sabemos que el objetivo de un partido es la lucha por el poder político a efecto de que, una vez conquistado, el gobierno establecido se organice, funcione y se esfuerce por orientar sus estrategias y acciones hacia la consecución de objetivos para beneficiar a su partido y claro esta, sus intereses particulares o de algunos de sus más relucientes miembros (algunos más sucios que otros) en la medida en que garantizan a su vez su permanencia en el poder. 

Hablar de renovación política nunca será labor de los partidos, no es cosa de las instituciones tanto como es de las personas, de los ciudadanos. Hemos comprobado que dejarles todo el poder a las instituciones no ha derivado en nada bueno, tal vez sea tiempo de probar una orientación diferente y recuperar aquella leyenda que decía: Poder al pueblo, no debe temer el pueblo a los funcionarios sino los funcionarios al pueblo. Desafortunadamente en este proceso electoral se suma a los males endemicos de los grandes partidos y todas sus mañas, el enfoque erroneo de la fuerza joven que está reaccionando, estas elecciones estarán tristemente marcadas por generalizaciones y confusión entre conceptos tales como respeto y tolerancia (el segundo más peyorativo que el primero), revoluciones digitales,  mágia del Photoshop (que ha rayado en extremo explotando una nueva generación que nació bajo la innovación del lenguaje visual) y el rechazo estricto entre intereses y sectores particulares (medios de comunicación que se vomitan entre ellos evidenciando únicamente la podredumbre en torno a la mayoría de ellos). Mi llamado es al final por un voto útil, si hay tres males en puerta y ninguno nos convence, habríamos de ser capaces de unirnos  para proteger nuestros intereses ante el mayor de estos males, ver más allá de lo que nos separa para poder encontrar lo que nos une, mucha sangre se ha derramado históricamente por este objetivo.