Blog

Stoker o La locura asiática revive el cine. 

Cuando pienso en Chan Wook Park el célebre -y actualmente considerado de culto- director surgido de Corea del Sur, es irrevocable la imagen tan grata que tengo de los entrañables personajes que han aparecido en los diversos cortos y largometrajes que le conozco, desde Judgement (1999) hasta Thirst (2009), personajes y actores, todos ellos de origen asiático y enmarcados en una forma cultural distinta de narrar historias, con distintos símbolos, lenguaje fílmico e ideas. Cuando me enteré de la incursión de este -a quien considero mi director favorito- en el terreno occidental, particularmente el “mundillo mafiado hollywoodense” con su reciente obra Stoker (2013), no pude evitar una primer reacción de pesar, de alguna forma llegué a pensar que tan pulcra y creativa forma de hacer cine se vería de una u otra manera ensuciada por los actores cliché y las convenciones de la industria que priman de este lado del planeta. Con enorme placer debo reconocer ahora que me equivoqué en esta primera impresión. 

De Carey Mulligan y Jodie Foster a Mia Wasikowska y Nicole Kidman como actrices protagónicas y secundarias hay muchas distinciones por hacer, pero dado que las primeras abortaron el proyecto para dar lugar a las segundas, creo que cabe más resaltar la virtud del director de moldear su visión a los recursos que le son puestos en la mesa “soy un director que tiende a filmar en torno a quienes son los actores, su edad, su apariencia exterior y su estilo de actuación, todo ello nutre el desarrollo del film” dice el director en entrevista a CityBeat, y agrega “incluso el proceso de storyboard se nutre de quienes son los actores, diferentes actores implican movimientos de cámara, el tamaño de las tomas que voy a usar y el proceso de edición y tiempo de corte para cada toma. Diferentes actores cambiarían el filme por completo.” Con lo anterior entiéndase que si bien hay ya un imaginario en torno a ciertas actrices (llámese Nicole Kidman) que no siempre resulta positivo, el trabajo del director fue moldear el trabajo de la actriz para insertarlo en la mística y estructura propias de su visión.

Un guion de Wentworth Miller (afamado protagonista de Prison Break) rinde homenaje en las manos de Chan Wook Park a Alfred Hitchcock y lo hace de forma magistral, esta transición de recursos con una misma visión resulta no sólo una experiencia fílmica refrescante en la industria del cine sino –y sin temor a equivocarme- una cinta contendiente a premiaciones de la academia en diversos rubros. Es importante mencionar que estas incursiones desde Asia han tenido ya antecedentes recientes, Kim Jee-woon con The last stand (2013) sin mucho éxito -o propuesta- y Yimou Zhang en The flowers of war (2011) con un conmovedor y bien ejecutado trabajo. Nada de esto es gratuito, en la década reciente el auge del cine asiático ha rebasado en propuesta cinematográfica a Hollywood que salta de los remakes sobre éxitos asiáticos (que han resultado redituables en gran medida) a traer directamente a los directores, con su visión y estrategias.

Stoker destaca por su realización, combina en exacta medida la fotografía magistral de Chung-hoon Chung, el soundtrack siempre acorde de Clint Mansell, y la narrativa cinematográfica particular tan meticulosa en los detalles (y tan cuidadosa de apelar a otros sentidos incluso fuera del atractivo terreno visual) mediante las creativas transiciones que caracterizan a este director. Una historia oscura, donde India Stoker (Wasikowska) sufre el duelo por la pérdida de su padre, en compañía de una madre a la que nunca se ha sentido apegada (Kidman) y sumado a ello está el transito adolescente que le aqueja. Repentinamente aparece un tío que nunca había sido mencionado, Charlie (Goode) que irrumpe trastocando no sólo la relación entre madre e hija sino la vida de cada una de ellas de forma particular, una historia que presenta al menos dos giros interesantes y que detona en un final propio de la locura, de la locura asiática tan cautivadora.

Con varios premios en festivales y aquellos esperando de la academia, Stoker es una cinta que debe verse bajo cualquier lente, incluso para los más escuetos fans del director que pueden criticar una versión suave del mismo (aunque esta ya se ve en la amplitud de su filmografía) que no se equipara a obras más violentas y populares, tales como Oldboy (2003), es decir, no se requiere de conocer la completa filmografía de Chan Wook Park para valorar y disfrutar de esta propuesta. Lastimosamente, querido lector, no puedo adelantar mucho más de la historia para no generar spoilers, y no voy a ahondar en aquellos detalles que son valiosos para mi particular punto de vista, pero sin duda esta película es algo que debe verse. Lo mejor hasta la fecha, que para un servidor ha tocado la industria occidental en los últimos años, visualmente hermosa y para beneplácito de quien escribe, no es esta su mayor virtud. El tiempo y la oportunidad que le propongo a usted como espectador, me darán o no la razón.