Reseña: The Lodgers (2017)
-
El terror sobrenatural *mainstream* es, con toda seguridad, el más
prolífico de todo el panorama de miedo que nos podemos encontrar hoy en
día, y *The L...
Aguas calientes no es lo mismo que Tierras Mojadas.
viernes, julio 19, 2013 - Etiquetas: Arte - 0 Comments
El día de ayer tuve la oportunidad de presenciar, el
espectáculo “De Tierras Mojadas” que celebra los 20 años de la Ibérica de danza,
evento que constituye un logro importante para el Instituto Cultural de
Aguascalientes al ofertar de forma acertada producciones que promueven no sólo
la diversidad en el terreno cultural sino que alimentan –o de menos eso se
espera- las facultades creativas y técnicas de los productores locales, no se
mal entiendan mis palabras, nunca cercanas a demeritar el trabajo dancístico
local, al contrario, reconozco un dominio técnico y de ejecución equiparable (generado
además en un marco contextual distinto que debe pensarse distinto), hago un
guiño entonces a mi visión de cultura particular, que implica intercambio –cabrían
las mayúsculas en el término- y es ahí
donde veo la posibilidad de alimento, no sólo para los ejecutantes y teóricos
sino para la estructura total de nuestro sistema cultural -me permito aquí eximir
de toda alusión negativa dicho espectáculo en mi reflexión subsecuente, el
espectáculo español es algo enteramente disfrutable y de muy buena calidad-.
Considero pertinente un énfasis reflexivo en este punto, ya
que lo narrado hasta el momento establece un evento peculiar sin duda para pensar
el concepto de cultura y el imaginario que le rodea, nos recuerda la condición particular en torno
a la cultura misma que permite situaciones tan dispares y a la vez posibles como
el hecho de presenciar un espectáculo que combina lo tradicional con lo
moderno, lo estrictamente ibérico acompañado con referentes visuales plásticos
de grandes nombres, tales como Dalí, Picasso y Miró. Mientras que al mismo tiempo,
sería difícil el no reconocer elementos familiares, fuimos colonizados al final
y mucha de nuestra cultura ha sido influenciada -sino moldeada- a partir de la
historia, creencias, artistas y héroes históricos de nuestros visitantes
españoles, condición enteramente ajena en tiempo e intención a este grupo de
danza, claro está.
Dicho lo anterior, quiero dirigir la visión del lector a un
punto intermedio, un punto que se pierde de vista en torno al imaginario social
de lo considerado con valor cultural o
estrictamente con carácter artístico, la vigencia radical de aquella distinción
entre alta cultura y baja cultura. Debería sonar anacrónico hacer referencia a
distintos valores culturales, marcados por una separación elitista (y
posiblemente de clase), hablar de ello suena grotesco en nuestros días,
aberrantes palabras que se quedan ahí justamente, en mero discurso. La realidad
es que por más desagradables que sean las palabras, los hechos, por otro lado,
no sólo las confirman sino que las condimentan con un jalón de pies que nos
obliga a aterrizar en terreno firme, duro y frio tal vez. El cupo del Teatro
Aguascalientes con capacidad para 1,650 personas, se vio reducido a un 30% (aproximado
ya que no tengo una cifra exacta) para presenciar este evento, con un costo de
$150 en preventa y $250 en taquilla el día del evento no es de extrañar que los
asistentes fueran en su mayoría personas recurrentes al Teatro Aguascalientes,
ya sea por su apellido, que implica una posición económica conectada por
aparente ADN a la denominada cultura de alto nivel o tristemente por ser
personajes relacionados al Instituto Cultural mismo que como una plusvalía regala
o vende a mitad de precio un porcentaje del boletaje a sus empleados.
¿Dónde está el resto de la población?, ¿siempre habremos de
ver las mismas caras con las mismas actitudes y la misma imagen (refiriéndome a
la vestimenta formal) en este tipo de eventos? Me queda claro que estos eventos
no se generan pensando en el trabajador operario industrial promedio que
percibe un sueldo de $550 semanales y gasta el 10% de esta cantidad en
transporte diario, no habremos de discutir aquí la condición político-económica
del estado ni el mito en torno al crecimiento y desarrollo equitativo que ya
suena trasnochado y carece de valor absoluto. No, no se consideró nada de esto
ni se pensó en esta población, eso quiero concluir ya que lo contrario
supondría una burla y una confirmación de lo dicho antes, una distinción
clasicista que asume valores culturales tan distintos que no cabría entonces la
posibilidad de que esta población “otorgue su justo valor” a eventos de esta
magnitud. Se pensó entonces en una población más exigente y con mayor poder
adquisitivo, tal vez con mayor educación, eso salva aparentemente la división
en un término medio, pero ¡ojo!, creo firmemente que sucede lo contrario, porque
tampoco apareció este grupo poblacional en el teatro.
La tercer opción poblacional es obvia, aparentemente nos
remite a un sector adinerado o pretenciosamente relacionado al digno terreno del
arte y la cultura, personajes de amplio criterio que conocen sobre arte y que
han asistido a tantos eventos de esta magnitud que les permite expresar camino
a la salida, justo al finalizar el espectáculo frases como: “el final me
pareció sublime”, “la figura de las bailarinas es envidiable”, “los visuales proyectados
en el fondo te atrapan”, etc. Díganme cuál es la diferencia de fondo con
expresiones tales como: “el final estuvo chido”, “las viejas estaban bien
buenas”, “los videos se veían bien perrones”, etc. Tenemos entonces que, al
menos de manera superficial, sólo la
forma varía, sólo se maquilla la idea, pero en el fondo, tal vez tenemos lo
mismo, con diferente significante dado que seguro se observan aspectos
distintos del espectáculo, pero sin demeritar una postura de la otra al ser
ambas juicios de valor.
Pero estas expresiones de distinta tesitura no estuvieron presentes,
quienes podrían haberlas dicho no asistieron, y no asistieron por razones
ajenas a lo comentado, es decir, no es que no puedan expresar algo en torno a lo
presenciado, es, muy posiblemente, debido a que ellos mismos no se ubican en
este espacio, en esta actividad, porque existe, desastrosamente, el imaginario
aún de ser parte de la clase social que recurre y vive en la baja cultura.
Habría que preguntar a los artistas, a quienes participan del espectáculo y le
dan vida, ¿a quienes dirigen su producción?, ¿en quién piensan cuando proponen
un espectáculo con estas características?, ¿estarían dispuestos a presentarlos
en un espacio distinto al solemne arquitectónico del teatro?, más aún, habríamos
de preguntarle a los productores, teóricos y directivos locales, ¿en qué y en
quién piensan cuando se habla de acercar cultura y arte a la población? No
perdamos de vista los incansables esfuerzos que se hacen en torno a esta problemática,
no sólo por parte del ICA sino por parte de colectivos varios e instituciones
ajenas a la estructura pero ocupadas sin duda en su resolución, no toda la oferta,
por poner un ejemplo, que hace el Instituto obedece a este tipo de eventos, la
hay también orientada a rescatar los valores culturales de las minorías y
tantas alternativas más.
Sin embargo no se ha logrado reducir esta brecha, tal vez
por lo que las mismas distinciones de clase social marcan de forma grosera, tal
vez porque la brújula gubernamental se ha descompuesto, y tal vez, sólo tal
vez, porque hay cosas más importantes que resolver antes que pensar en cultura
y arte (en este punto recuerdo que no he comido y me apresuro a terminar), es
tiempo aparentemente de concentrar nuestros esfuerzos en una urgencia
primordial, una urgencia que no lo era hasta antes de la llamada era digital, hablamos
del contacto humano, del acercamiento genuino y humilde a aquella población que
se pretende beneficiar, a respetar e incluir antes que minimizar e imponer. Cabe
aquí aquella reflexión filosófica breve pero de tanta sustancia atribuida a
Confucio que dice: “dime algo y lo olvidaré, enséñame algo y lo recordaré, hazme
partícipe de algo y lo aprenderé”, necesitamos sin duda, aprender.
This entry was posted on viernes, julio 19, 2013
and is filed under
Arte
.
You can follow any responses to this entry through
the RSS 2.0 feed.
You can leave a response,
or trackback from your own site.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario